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He desperdigado palabras,lamento haber escrito obscenidades,nunca platiqué de cosas comunesy me dediqué a vertaciturno la carrera del terrible tiempo.Cuando la tarde repetía su agonía,era hora de repartirme en puertasaunque no fuera bien recibido,aunque no quisiera estar,yo,allí,ya todo estaba escritocon mano firme e incompartible.En mi astillada vidahe desperdiciado númerosy otras cosas irremediablescomo una leve enfermedad mortal.Sin poder moverme estoy al lado del universo,percibo severamenteque hay mucho por hacer.Sin embargo postergo continuar.
El olvido es la ley del hombre.
Estériles lágrimas se han vertido.
Obscuras e ilegibles ciencias
pretenden regir inexorables
amores,creencias,culturas.
Sea momento de callar
ante las secretas trinidades.
Profesar insufrible fe
y esperar juicios de fuego y sangre.
Pues ante todo somos humanos,
aferrados a placeres,
perdiendo fortunas en una noche,
construimos y destruimos
felicidades.
Estentóreas trompetas anuncian el final.
Yo te quiero:triste o alegre,diurna o nocturna.Hay coloresque en la nochese fundenen tu cuerpo,entoncesarremetodesbocado o estrepitoso,me envuelvoen ti,en tus movimientos,en tu temperatura,en tus manosque cierranmis cansados ojos.Eres tú,artesana.Has tallado mi corazón concariciasextraídas dedulces substanciaspor elloante tu presenciaelevomi espadaque ha desangradomujeresinfieles y perversas.A tu ladono existen palabraspor esote amoen silencio.Un silenciosubterráneo y anónimo
Para seguir la trayectoria:mira al maestro,sigue al maestro,camina junto con el maestro,mira a través del maestro,conviértete en el maestro.