04 junio 2006

Desaparecido.

Debajo de las cenizas,
debajo de atardeceres invernales,
mas allá de las raíces,
tan lejano como
la luna y el sol,
entre ciudades húmedas
hay un hijo solitario.
Un desacompañado ser humano.

Con la indeseada ausencia
recorriendo las habitaciones
los días mas largos
se hacen infinitos.

Antes era yo
como la guerra;
atacaba todos los flancos,
estallaba sobre las heridas,
coreaba lemas de muerte.

Pero mi sentido
de la estabilidad
ha sido vulnerado
y caigo pesadamente
sangrando la tierra
y los metales.

Mientras otros jardines florecían
no me di cuenta
y aquellas vacías estaciones
se volvieron tristes momentos.

El fin me llegó de súbito
e impuso su ley universal.


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